El misterio de las ETTs: ¿Por qué en su momento más bajo mueven más trabajadores que nunca?
19/12/2024
Foto: El Economista
La reforma laboral, que restringía la contratación eventual, se consideró hace tres años el golpe de gracia al negocio de las empresas de trabajo temporal en España. Y las últimas cifras confirman que el sector está en su peor momento, con apenas 228 empresas registradas en septiembre, 13 menos que hace un año. Mientras, las personas contratadas directamente por ellas han caído a poco más de 190.000. Sin embargo, este balance contrasta con un récord de 359.568 contratos de puesta a disposición, que afectan a más de 200.000 trabajadores. ¿Cómo es posible que en su momento más bajo las ETTs muevan más trabajadores que nunca?
Los contratos de puesta a disposición son la base del negocio de estas empresas: una fórmula por la que 'ceden' a sus clientes a los trabajadores que ellas han contratado para ocupar puestos de carácter eventual. En este sentido, los datos publicados por el Ministerio de Trabajo revelan un cierre de verano sorprendentemente positivo para la actividad del sector que no solo rompe con la tendencia a la baja desde el cambio legal, sino que bate niveles históricos.
Ello a pesar a que el número de estas empresas está en niveles mínimos para ese mes desde 1996, ejercicio en el que arrancan las estadísticas comparables. Esta contradicción puede explicarse por dos motivos: el primero, que la reforma laboral ha transformado el modelo de negocio de las ETT, que ha pasado de pivotar sobre la contratación de temporales a depender de los fijos discontinuos. El segundo, que no todas las firmas han sido capaces de adaptarse a este nuevo paradigma.
Tampoco la constitución de las agencias de colocación en 2013, que llevó a muchas ETTs a abrir una vía de negocio en la que no contratan a los trabajadores para ponerlos a disposición, sino que son simples intermediarios entre las empresas que buscan trabajadores y los candidatos, ha servido para salvar a muchos de estos negocios, afectados también por las secuelas de la Gran Recesión.
Aunque las ETTs no gozan de muy buena fama y son frecuentemente puestas en el punto de mira de los sindicatos como 'culpables' de la precariedad, el hecho es que su escaso éxito en el mercado de trabajo con la mayor tasa de temporalidad de la UE se consideraba un problema: a fin de cuentas, unas empresas de trabajo temporal sólidas y bien establecidas garantizaban ciertas condiciones laborales que en otros puestos temporales quizá no estaban aseguradas.
Esta idea caló durante la negociación de la reforma laboral de 2021 que, pese a endurecer notablemente las condiciones para hacer un contrato temporal, empezando por la supresión de los eventuales por obra y servicio, no dejó caer a las ETTs. De hecho, cedió a una de las reivindicaciones históricas del sector: poder hacer contratos indefinidos para ponerlos a disposición de sus clientes. Eso sí, indefinidos pero fijos discontinuos: asalariados que pueden pasar a la inactividad entre trabajos sin extinguir el contrato hasta que vuelven a ser llamados. Esto implica que no hace falta pagarles un sueldo, ni cotizar por ellos ni abonar la indemnización por caducidad del empleo que sí que hay que abonar a los temporales.
Sin embargo, tras la reforma laboral, los fijos discontinuos apenas suponen el 12,8% de los contratos firmados por las ETTs, muy por debajo del 44% que suponían los contratos por obra y servicio antes del cambio legal. Ello explica que esta nueva posibilidad no haya frenado el retroceso de la contratación por parte de las ETTs.
Aunque esto puede interpretarse como una explicación de por qué el número de compañías del sector sigue bajando: se estaría produciendo una concentración hacia aquellas con más capacidad para adaptarse a la reforma laboral.
Ahora bien, para entender correctamente esta tendencia hay que tener en cuenta la volatilidad de los empleos creados por las ETTs. Según los datos de Trabajo, en los nueve primeros meses de 2024 han realizado 1,67 millones de firmas, pero solo han contratado a 573.193 personas diferentes, de los que 203.896 estaban dados de alta de afiliación cada trimestre (aunque esta cifra fluctúa mes a mes)
Esto significa que cada trabajador de ETT firma una media de 2,93 contratos, pero mucho menos de la mitad está trabajando efectivamente cada mes. Una discrepancia que se explica por los temporales cuyo contrato ha caducado y los fijos discontinuos que han pasado a la inactividad. Lo que implica que existe una altísima rotación en el sector que, sin embargo, es parte troncal del negocio.
Una nueva volatilidad del empleo
Sin considerar esta rotación, sería imposible explicar que pese al descenso del número de ETTs y de las cifras de contratación para ser cedidos a los clientes, los contratos de puesta a disposición, es decir, las cesiones de empleados a los clientes, y el número de trabajadores afectados se hayan incrementado tras la reforma laboral y estén en máximos de la serie histórica. La volatilidad se mantiene, si bien ya no pivota solo sobre los contratos temporales.
Los fijos discontinuos tienen un peso reducido en los contratos que firman las propias ETTs, pero son una pieza capital en los que ponen a disposición de sus clientes: en septiembre alcanzaron el 46,2%, mientras los temporales por circunstancias de la producción quedaron en el 48,5%. ¿Cómo es posible que unos trabajadores que apenas suponen el 13% de los contratos que realizan estas empresas supongan casi la mitad de su negocio? Simple: estos trabajadores son mucho más reutilizables que los eventuales porque siguen ligados a la empresa de trabajo temporal. Y por ello mismo no necesitan volver a firmar un nuevo contrato cada vez que se les requiere.
Cada contrato realizado bajo la modalidad de fijo discontinuos equivale a 6 contratos de puesta a disposición, lo que implica una continuidad en la actividad mayor que la de otros trabajadores con el mismo contrato, pero en otras actividades, según defienden desde el sector de las ETTs, que, no obstante, insiste en el reducido peso de los fijos discontinuos en su actividad y en el empleo que genera el sector.
Ahora bien: ¿cuánto del empleo generado por las ETTs por la cesión de trabajadores se debe a los fijos discontinuos? Trabajo no desglosa el número de afiliados que trabajan en ellas por tipo de contrato, pero es fácil calcularlo si acudimos a los datos de Seguridad Social. Los asalariados de ETTs figuran bajo el epígrafe "Actividades relacionadas por el empleo".
Descontando a los trabajadores de estructura de las empresas (es decir, que no son puestos a disposición de clientes), la mayoría con un contrato indefinido ordinario, obtendremos que los fijos discontinuos suponen un 29,5% del total de asalariados que trabajan en ETTs. Un porcentaje que casi multiplica por 6 la media del conjunto de la economía española.
Estos datos muestran que las empresas han compensado la merma de empleo que supuso el fin de los contratos temporales por obra y servicio con estos indefinidos 'eventuales'. Pero la actividad del sector se debe en 70% a los afiliados temporales, que pese a las restricciones de la reforma laboral siguen liderando el 'stock' de mano de obra.
Pero la contratación temporal sigue estando muy limitada y los fijos discontinuos son una figura contractual de reducido uso. Además el Ministerio de Trabajo ha puesto la lupa sobre su uso para evitar abusos, como que los clientes de las ETTs los utilicen para actividades recurrentes y ahorrarse, contratar a sus propios trabajadores bajo esta modalidad. Por eso no todas las empresas de trabajo temporal pueden sacarles el mismo partido, las de reducido tamaño lo tienen cada vez más complicado.
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